Sin lugar a dudas han sido tiempos difíciles. El confinamiento ha dejado sus secuelas y la falta de vitamina D por la ausencia de sol en nuestra piel no ha sido la única. En esta vuelta al colegio y al trabajo, la falta de concentración se perfila como la reina entre los problemas que más afectan el dificultoso retorno a las actividades cotidianas.
¿Es posible que estemos ante un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)?
Si bien esta no debería ser la causa a la que apuntemos, tampoco se recomienda descartarla totalmente. En este artículo abordaremos las causas y las consecuencias de la falta de concentración en este retorno al colegio y al trabajo, así como también las formas de revertirla.
¿Qué es falta de concentración y cómo se trata?
La falta de concentración es un trastorno que puede deberse tanto a coyunturas especiales como a un trastorno atencional. Debido al largo período en el que adultos y niños se vieron alejados de la dinámica de cumplir horarios, dirigir y mantener la atención en asuntos que no nos resultan particularmente atractivos, se ha vuelto todo un desafío.
¿Cómo saber si se está padeciendo de una falta de concentración que puede convertirse en limitante?
Porque aparecerán algunos de los siguientes síntomas de forma recurrente:
- Olvidarse de llevar a cabo actividades cotidianas.
- Demoras importantes en hacer lo que antes nos llevaba menos tiempo.
- Oír sin escuchar.
- Perder el hilo de la conversación.
- Distraerse en medio de una tarea concreta.
- Soñar despierto más tiempo del habitual.
Por ejemplo, si nos están hablando y, de pronto, nos percatamos de que nos perdimos el hilo argumentativo de una explicación, estamos ante un síntoma de falta de concentración. Otro claro ejemplo es olvidarnos de llevar las tareas o incluso olvidar que teníamos que hacerlo.
La falta de concentración no es grave si ocurre esporádicamente, pero si constantemente nos llaman la atención al respecto o nosotros notamos que estamos viviendo por fuera del ecosistema social, familiar, laboral o escolar, que nos rodea, será necesario que tomemos cartas en el asunto.
Causas de la falta de concentración
Las causas más comunes de la falta de concentración son las siguientes:
- Ansiedad
- Depresión
- Disgustos
- Traumas
- Consumo de alcohol, drogas o ciertos fármacos
- Falta o trastorno de sueño
- Trastornos de personalidad
- Trastorno del estado de ánimo
- Alzheimer
- Impulsividad
Algunos de estos agentes causantes de la falta de concentración comenzaron a aparecer en el escenario post pandémico en personas que nunca los habían padecido, tal como es el caso de la ansiedad, la depresión y la falta de sueño.
Por tal razón es que resulta posible que la única razón de base para su aparición haya sido el confinamiento.
Consecuencias de la falta de concentración
Las consecuencias de no lograr una concentración adecuada van más allá de las malas calificaciones en la escuela y de volver a casa agotado del trabajo. En el ámbito de los estudios, puede llevar al niño a sentirse agobiado ante la presión del maestro y, por ende, reaccionar con agresividad.
Como consecuencia a largo plazo, nos enfrentamos a la posibilidad de que nuestro hijo pierda el año escolar y, lo más grave, que no incorpore los conocimientos necesarios para avanzar en sus estudios académicos a futuro.
En el caso de los adultos, las consecuencias pueden ir desde un profundo pico de estrés hasta la pérdida del empleo.
¿Qué es el TDAH?
¿Es posible que mi hijo tenga TDAH?
Una de las causas clínicas de la falta de concentración permanente es el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Es posible que, si tu hijo recién había comenzado a asistir al colegio cuando se decretó el confinamiento, no haya habido tiempo suficiente para diagnosticarlo y ahora su trastorno salte a la luz, camuflado tras la falta de concentración que la mayoría de adultos y niños está sufriendo en esta vuelta a las obligaciones.
¿Cómo saber si se trata del TDAH?
Presta atención a los siguientes síntomas y lo averiguarás:
- Errores recurrentes en las actividades escolares.
- Equivocaciones y distracciones en tareas extracurriculares.
- Dificultad para mantener la atención en actividades recreativas.
- Dificultad para cumplir las instrucciones.
- Dificultad para organizar sus pertenencias y tareas.
- Evitación de tareas que requieren concentración.
- Olvido de sus pertenencias en diferentes lugares.
Un diagnóstico certero del TDAH requiere de varios pasos, ya que es necesario que el niño realice diversos tests diseñados para su detección. Por tal razón, desaconsejamos asumir que padece o que no padece de este trastorno basándose en los síntomas anteriormente descriptos. El diagnóstico debe ser hecho por un profesional calificado para tal fin.
¿Cómo revertir la falta de concentración?
- Descansa de forma adecuada.
- Lleva una alimentación balanceada.
- Bebe mucho agua.
- Toma café por las mañana (siempre recién hecho).
- Organiza tus tareas y establece prioridades.
- Quita los distractores (tales como las pantallas y la radio) de tu entorno.
- Encuentra la motivación en lo que haces.
Si estas técnicas no te funcionan para revertir la falta de concentración que tú o tu hijo padecen, probablemente necesites una intervención profesional. Existe una amplia gama de tratamientos psicológicos cuyo fin es extinguir la falta de atención cuando esta se ha convertido en un agente limitante para la persona.
Contáctanos y abordaremos tu caso con la profesionalidad que merece.
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